martes, 9 de diciembre de 2008

1ª Evaluación


La asignatura del trabajo de investigación a mi me esta resultando de mucha ayuda aunque solamente demos clase una hora a la semana. Con esta nueva asignatura estoy aprendiendo que los cuentos no solo son cuentos que un señor lo escribe lo lees y ya, no me he dado cuenta de todo lo que un cuento conlleva todo lo que te puede estar contando sin darte cuenta, lo que significa, porque el autor lo ha escrito…Yo elegí el cuento del patito feo porque es un cuento que lo lees y parece simple, sencillo, corto…pero solo eso parece porque no lo es. Es un cuento que se sale de lo normal es como si no hubieran unas reglas a seguir como los demás cuentos, es simplemente diferente. Pensé que podía aprender mucho con un cuento tan conocido como el patito feo y que me resultaría muy interesante investigarlo y descubrir que contiene en él.
Para mi este cuento es un clero ejemplo de que no hay que guiarse por el aspecto físico de una persona y que no por ser diferente ya tiene que ser feo.
Las dificultades que he tenido han sido a la hora de buscar más información porque tienes que leer mucho y luego puede que no haya nada que te sirva. Este trabajo me ha costado mas o menos el tiempo de una asignatura normal, casi todos los días buscas información aunque luego a lo largo de una o dos semanas solo has publicado una entrada.
Por ahora lo que he visto me interesa, me gustaría continuar con este proyecto y llegar ha hacer un buen trabajo porque me parece muy interesante ya que yo no me había imaginado que un simple cuento pudiera contener tantas ideas, información…

Mi opinón sobre la violencia en los cuentos


Yo opino que hay muchos cuentos populares para niños que se han transmitido desde hace muchos años y se han ido modificando poco a poco porque al principio se transmitían de forma oral. Entonces ahora por el simple hecho de que sean cuentos supuestamente para niños pequeños ya es normal que un niño lo lea y no se le ve violencia ni crueldad. Pienso que esta bien que los cuentos no sean reales ya que es bueno para su imaginación pero hay cuentos que son verdaderamente crueles y que a mi por ejemplo no me gustaría que me los contaran porque acaban muy mal, son muy tristes y duros para un niño pequeño. Hay gente que piensa que es bueno para que el niño se de cuenta que la vida no es todo bonito, que no es de color de rosa, vale pero creo que va a tener tiempo suficiente para darse cuenta él solo y que siendo pequeños tienen que disfrutar, jugar, pasárselo bien… que cuando eres niño no tienes preocupaciones y todo es fácil… Ser niño para mi es una etapa en la que nunca en tu vida repetirás, una etapa especia, despreocupada y muy feliz y que nadie tiene el derecho a amargarte tu infancia con cuentos que te dice que hay gente que se muere de hambre, niños enfermos, niños huérfanos, que la vida muchas veces es mala…. Hay que ser niño y disfrutarlo, ya habrá tiempo de ser mayor, consciente y responsable.

¿Tenen violencia los cuentos populares para los niños?


Se ha dicho muchas veces que los cuentos populares encierran una serie de “crueldades”, que no son aptas para el desarrollo emocional del niño y cuyas lecturas pueden estimular su agresividad. Los críticos consideran que varios de los cuentos populares, rescatados de la tradición oral por los hermanos Grimm y Charles Perrault, al menos en sus versiones originales, deben ser leídos sólo por los adultos, aun sabiendo que los niños, como todos los humanos, no están al margen de los actos de violencia y las “crueldades”, que a diario experimentan a través de las pantallas de la televisión o en la vida cotidiana.
Los instintos primarios y reprimidos, como es el caso de la agresión, pueden aflorar en cualquier momento y hasta dominar sobre la parte racional y consciente del niño, pues todos los individuos cargan genéticamente un instinto de agresión en la parte más irracional e inconsciente de su ser. No obstante, como bien apunta el psicoanalista Bruno Bettelheim: “La creencia común de los padres es que el niño debe ser apartado de lo que más le preocupa: sus ansiedades desconocidas y sin forma, y sus caóticas, airadas e incluso violentas fantasías. Muchos padres están convencidos de que los niños deberían presenciar tan sólo la realidad consciente o las imágenes agradables y que colman sus deseos, es decir, deberían conocer únicamente el lado bueno de las cosas. Pero este mundo de una sola cara nutre a la mente de modo unilateral, pues la vida real no siempre es agradable” (Bettelheim, B., 1986, p. 14-15).
Mucho antes de que exista una literatura escrita exclusivamente para niños, los cuentos populares -de hadas, ogros y princesas- se transmitían a través de la tradición oral y de generación en generación. Durante siglos, quizás milenios, los cuentos eran contados entre los adultos; empero, de tanto repetirse una y otra vez, llegaron también a gustar a los niños no sólo por el poder de la fantasía que alimenta el desarrollo de su personalidad, sino también porque abordan temas que les toca de cerca. Así pues, los cuentos populares se han convertido en un tesoro invalorable para los niños, incluso cuando no existía una literatura infantil propiamente dicha y en épocas en que la pedagogía no había advertido su importancia.
Con el transcurso del tiempo, los cuentos populares sufrieron una serie de mutilaciones tanto en la forma como en el contenido, y muchas de las adaptaciones, lejos de mejorar el valor ético y estético del cuento, tuvieron la intención de moralizar y censurar las partes “crueles”, arguyendo que la violencia era un hecho ajeno a la realidad del niño y algo impropio en la literatura infantil. De cualquier modo, una cosa es mutilar el contenido de un cuento, y, otra muy distinta, adaptarlo al nivel lingüístico o al desarrollo cognoscitivo del niño, quien, para gozar de la lectura, requiere comprender el léxico y la sintaxis del texto. Esto implica, por ejemplo, simplificar las descripciones largas, las frases irónicas y las moralejas, debido a que éstas son incomprensibles para los niños que no han alcanzado la etapa del razonamiento lógico, sobre todo, si consideramos los preceptos de la psicología evolutiva.
Si bien es cierto que la literatura infantil estimula la fantasía del niño y cumple una función terapéutica, es también cierto que los cuentos llamados “crueles” no tienen por qué ser censurados ni rechazados; por el contrario, deben ser presentados con un sentido crítico, ya que el propio niño vive en un mundo que no es un paraíso, sino un territorio lleno de tragedias e injusticias. Es más, los cuentos populares, al mismo tiempo que entretienen al niño, le ayudan a comprenderse mejor a sí mismo y contribuyen al desarrollo de su personalidad; claro está, cuando y siempre se los conserve y cuente en su forma original, pues cualquier tipo de mutilación que sufran sus partes más violentas no hará otra cosa que restarle importancia al cuento y malograr su contenido literario que, como en toda obra de arte bien concebida, es perfectamente comprensible para el niño.


lunes, 8 de diciembre de 2008

Análisis literario (como se sentía el patito feo solo por el simple hecho de ser diferente a los demás)


El Patito Feo fue escrito en 1845. En los últimos dos siglos este cuento ha sido uno de los pocos cuentos que han animado a varias generaciones sucesivas de seres "extraños" a resistir hasta encontrar a los suyos. Contiene una verdad fundamental para el desarrollo humano que, sin la asimilación de este hecho, el ulterior progreso de una persona seria precario y ésta no podría prosperar del todo desde un punto de vista psicológico sin resolver antes esta cuestión.

Si has intentado encajar en algún molde y no lo has conseguido, probablemente has tenido suerte. Es posible que seas una persona exiliada, pero has protegido tu alma. Cuando alguien intenta repetidamente encajar y no lo consigue, se produce un extraño fenómeno.

Cuando la persona es rechazada, cae directamente en brazos de su verdadero pariente psíquico, que puede ser una materia de estudio, una forma artística o un grupo de personas.

Es peor permanecer en el lugar que no nos corresponde en absoluto que andar perdidas durante algún tiempo, buscando el parentesco psíquico y espiritual que necesitamos. Jamás es un error buscar lo que una persona necesita. Jamás.

El exilio consolida y fortalece en cierto modo al patito. Aunque se trate de una situación que no le desearíamos a nadie por ningún motivo, su efecto es similar al del carbón natural puro que, sometido a presión, produce diamante.

En la granja

El patito es un símbolo de la naturaleza salvaje que, cuando las circunstancias obligan a pasar penurias nutritivas, se esfuerza instintivamente y se agarra con fuerza, a veces con estilo y otras con torpeza.

Las distintas criaturas de la aldea contemplan al patito "feo" y de una u otra forma lo consideran inaceptable. En realidad, no es feo, pero no se asemeja a los demás. ¡Es tan distinto!.

Al principio, la mamá pata intenta defender al patito que cree suyo. Pero, al final, se siente emocionalmente dividida y deja de preocuparse por aquel extraño retoño.

Sus hermanos y otras criaturas de la comunidad se le echan encima, lo picotean y lo atormentan. Quieren obligarlo a irse, pero el patito feo se muere de pena al verse rechazado por los suyos, lo cual es terrible, pues él no ha hecho nada para merecer este trato como no sea el hecho de ser distinto y comportarse de manera distinta, De hecho, sin haber alcanzado siquiera la mitad de su desarrollo, el patito padece un fuerte complejo psicológico.
Por regla general, el exilio se inicia sin culpa por parte del interesado y se intensifica por medio de la incomprensión, la crueldad de la ignorancia o la maldad deliberada de los demás. En tal caso, el yo básico de la psique sufre una temprana herida. Cuando ello ocurre, la víctima empieza a creer que las imágenes negativas que le ofrecen de ella son totalmente ciertas. Empieza a creer que es débil e inaceptable, y así lo seguirá creyendo por mucho que se esfuerce en modificar la situación.

La mamá pata tiene varias cualidades. Representa simultáneamente a la madre ambivalente, la madre derrumbada y la madre no mimada.

Como madre ambivalente: Se siente atacada por el hecho de tener un hijo distinto. Se siente emocionalmente dividida y, como consecuencia de ello, se derrumba y deja de preocuparse por el extraño hijo. Aunque al principio intenta mantenerse firme, la singularidad del patito pone en peligro su seguridad dentro de la comunidad y entonces esconde la cabeza y se zambulle.

La madre se doblega a los deseos de la aldea en lugar de tomar partido por su hijo.

Una atracción es su deseo de ser aceptada por la aldea. Otra es su instinto de supervivencia. La tercera es su necesidad de reaccionar ante el temor de que ella y su hijo sean castigados, perseguidos o matados por los habitantes de la aldea. Este temor es una respuesta normal a una amenaza anormal de violencia psíquica o física. La cuarta atracción es el amor instintivo de la madre por su hijo y su deseo de protegerlo.

La madre de un hijo que es distinto ha de poseer mucha resistencia.

Durante varias generaciones la madre que deseaba ganar el aprecio de los demás para su propia persona y para sus hijos necesitaba las cualidades que culturalmente le estaban prohibidas : vehemencia, intrepidez y fiereza.

Desde tiempo inmemorial un acto considerado heroico ha sido el remedio de la entontecedora ambivalencia.

Como madre derrumbada: Al final, la mamá pata ya no puede soportar el acoso que sufre el hijo que ella ha traído al mundo. Pero lo más revelador es que ya no puede tolerar el tormento que a ella misma le causa la comunidad como consecuencia de sus intentos de proteger a su "extraño" hijo. Y entonces se derrumba y le grita al patito: "Ojalá te fueras de aquí". Y el desventurado patito se va.

Cuando las personas se derrumban, suelen resbalar hacia uno de los tres estados emocionales siguientes : un lío (estan confusas), un revolcadero (creen que nadie comprende debidamente su tormento) o un pozo ( una repetición emocional de una antigua herida, a menudo una injusticia no reparada y por la que nadie pagó).

Cuando una madre se ve obligada a elegir entre su hijo y la cultura, nos encontramos en presencia de una cultura terriblemente cruel y desconsiderada.

Como madre no mimada: la imagen representada por la mamá pata es, como se puede ver, muy ingenua y poco sofisticada. Es una madre frágil. Hay muchas razones por las que un ser humano se puede comportar de esta manera: por ser una persona muy insegura desde el punto de vista psíquico, también por estar psiquicamente lastimada hasta el extremo de considerarse indigna de ser amada.
A una madre se la tiene que mimar para que mime a su vez a sus hijos.


http://www.acosomoral.org/patitofeo.htm