El Patito Feo fue escrito en 1845. En los últimos dos siglos este cuento ha sido uno de los pocos cuentos que han animado a varias generaciones sucesivas de seres "extraños" a resistir hasta encontrar a los suyos. Contiene una verdad fundamental para el desarrollo humano que, sin la asimilación de este hecho, el ulterior progreso de una persona seria precario y ésta no podría prosperar del todo desde un punto de vista psicológico sin resolver antes esta cuestión.
Si has intentado encajar en algún molde y no lo has conseguido, probablemente has tenido suerte. Es posible que seas una persona exiliada, pero has protegido tu alma. Cuando alguien intenta repetidamente encajar y no lo consigue, se produce un extraño fenómeno.
Cuando la persona es rechazada, cae directamente en brazos de su verdadero pariente psíquico, que puede ser una materia de estudio, una forma artística o un grupo de personas.
Es peor permanecer en el lugar que no nos corresponde en absoluto que andar perdidas durante algún tiempo, buscando el parentesco psíquico y espiritual que necesitamos. Jamás es un error buscar lo que una persona necesita. Jamás.
El exilio consolida y fortalece en cierto modo al patito. Aunque se trate de una situación que no le desearíamos a nadie por ningún motivo, su efecto es similar al del carbón natural puro que, sometido a presión, produce diamante.
En la granja
El patito es un símbolo de la naturaleza salvaje que, cuando las circunstancias obligan a pasar penurias nutritivas, se esfuerza instintivamente y se agarra con fuerza, a veces con estilo y otras con torpeza.
Las distintas criaturas de la aldea contemplan al patito "feo" y de una u otra forma lo consideran inaceptable. En realidad, no es feo, pero no se asemeja a los demás. ¡Es tan distinto!.
Al principio, la mamá pata intenta defender al patito que cree suyo. Pero, al final, se siente emocionalmente dividida y deja de preocuparse por aquel extraño retoño.
Sus hermanos y otras criaturas de la comunidad se le echan encima, lo picotean y lo atormentan. Quieren obligarlo a irse, pero el patito feo se muere de pena al verse rechazado por los suyos, lo cual es terrible, pues él no ha hecho nada para merecer este trato como no sea el hecho de ser distinto y comportarse de manera distinta, De hecho, sin haber alcanzado siquiera la mitad de su desarrollo, el patito padece un fuerte complejo psicológico.
Por regla general, el exilio se inicia sin culpa por parte del interesado y se intensifica por medio de la incomprensión, la crueldad de la ignorancia o la maldad deliberada de los demás. En tal caso, el yo básico de la psique sufre una temprana herida. Cuando ello ocurre, la víctima empieza a creer que las imágenes negativas que le ofrecen de ella son totalmente ciertas. Empieza a creer que es débil e inaceptable, y así lo seguirá creyendo por mucho que se esfuerce en modificar la situación.
La mamá pata tiene varias cualidades. Representa simultáneamente a la madre ambivalente, la madre derrumbada y la madre no mimada.
Como madre ambivalente: Se siente atacada por el hecho de tener un hijo distinto. Se siente emocionalmente dividida y, como consecuencia de ello, se derrumba y deja de preocuparse por el extraño hijo. Aunque al principio intenta mantenerse firme, la singularidad del patito pone en peligro su seguridad dentro de la comunidad y entonces esconde la cabeza y se zambulle.
La madre se doblega a los deseos de la aldea en lugar de tomar partido por su hijo.
Una atracción es su deseo de ser aceptada por la aldea. Otra es su instinto de supervivencia. La tercera es su necesidad de reaccionar ante el temor de que ella y su hijo sean castigados, perseguidos o matados por los habitantes de la aldea. Este temor es una respuesta normal a una amenaza anormal de violencia psíquica o física. La cuarta atracción es el amor instintivo de la madre por su hijo y su deseo de protegerlo.
La madre de un hijo que es distinto ha de poseer mucha resistencia.
Durante varias generaciones la madre que deseaba ganar el aprecio de los demás para su propia persona y para sus hijos necesitaba las cualidades que culturalmente le estaban prohibidas : vehemencia, intrepidez y fiereza.
Desde tiempo inmemorial un acto considerado heroico ha sido el remedio de la entontecedora ambivalencia.
Como madre derrumbada: Al final, la mamá pata ya no puede soportar el acoso que sufre el hijo que ella ha traído al mundo. Pero lo más revelador es que ya no puede tolerar el tormento que a ella misma le causa la comunidad como consecuencia de sus intentos de proteger a su "extraño" hijo. Y entonces se derrumba y le grita al patito: "Ojalá te fueras de aquí". Y el desventurado patito se va.
Cuando las personas se derrumban, suelen resbalar hacia uno de los tres estados emocionales siguientes : un lío (estan confusas), un revolcadero (creen que nadie comprende debidamente su tormento) o un pozo ( una repetición emocional de una antigua herida, a menudo una injusticia no reparada y por la que nadie pagó).
Cuando una madre se ve obligada a elegir entre su hijo y la cultura, nos encontramos en presencia de una cultura terriblemente cruel y desconsiderada.
Como madre no mimada: la imagen representada por la mamá pata es, como se puede ver, muy ingenua y poco sofisticada. Es una madre frágil. Hay muchas razones por las que un ser humano se puede comportar de esta manera: por ser una persona muy insegura desde el punto de vista psíquico, también por estar psiquicamente lastimada hasta el extremo de considerarse indigna de ser amada.
A una madre se la tiene que mimar para que mime a su vez a sus hijos.
http://www.acosomoral.org/patitofeo.htm
1 comentario:
Me pareció interesante la reflexión, hemos coincidido en mucho. aquí se dio la discriminacion injusta por el aspecto físico que es lo que menos debe valer, sin embargo el patito fue resiliente y eso lo llevo a encontrar a su verdadera familia.
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